Biografia

Beatriz Alicia Provitina nació en Lincoln, Provincia de Buenos Aires. En el año  1977 se radicó en Alemania donde comenzó su formación artística.
Realizó una especialización en diseño floral europeo y oriental.

Regresó a la Argentina en 1988, donde aún tiene su taller en el barrio de San Telmo, y continuó su formación en plástica en diversos talleres, entre los que cabe destacar a Ana Fuchs,  Jorge Álvaro, Nushi Muntaabski, Jorge Rivara, Cristian , entre otros.

Participando en vararias muestras y salones

Muestras individuales y colectivas

  • 2023 Querida Elena -Muestra compartida con Gabriela Salgado
  • 2022 6ta Edicion Premio de Artes Visuales Bienal Areatec
  • 2021 Querida Elena -Muestra Individual
  • 2019 Más Acá Club -Muestra Individual
  • 2019 Trama - Cosecha Vintage, C.A.B.A.
  • 2019 Banco Ciudad - El Más Aca Club - Senderos -Muestra individual, C.A.B.A. - VER MAS...-
  • 2018 Banco Ciudad - Homenaje a Alicia Carletti -Muestra colectiva pintura
  • 2018 Área tec – Edificio Cassará , muestra colectiva, seleccionada Pintura
  • 2017 Solange Guez - Galería Tacha, ¨Día de los Muertos¨, muestra colectiva, Collage, C.A.B.A.
  • 2016-Area-tec-Edificio-Cassara-muestra-colectiva-seleccionada.Pintura. C.A.B.A.
  • 2016 Centro Cultural Borges, C.A.B.A. “Efemérides”. Muestra colectiva. Curaduría: Pelusa Borthwick.
  • 2016 Modo Art Gallery C.A.B.A. “Con Tensión”. Muestra individual. Curaduría: Miriam Díaz Ordoñez.
  • 2013 Palacio de las Artes Solange Guez, C.A.B.A. Muestra colectiva, Celebración dia de los muertos.
  • 2012 Palacio de las Artes Solange Guez, C.A.B.A. Muestra Colectiva , técnica mosaico.
  • 2011 Centro Cultural Mandril, C.A.B.A. “Pazfavor”. Muestra colectiva.
  • 2010 CCEBA (Centro Cultural Español, San Telmo), C.A.B.A. Arte Hecho en Buenos Aires, Intervenciones colectivas.
  • 2010 Palacio de las Artes Solange Guez, C.A.B.A. Arte Contemporáneo (Muestra Colectiva – Pintura).
  • 2009 Museo Municipal de Bellas Artes , Lincoln , Prov. Bs. As.
  • 2009 Palacio de las Artes Solange Guez, C.A.B.A. Muestra individual- Abstracciones.
  • 2009 Palacio de las Artes Solange Guez, C.A.B.A. “Calambres en el alma” Muestra colectiva.
  • 2009 Palacio de las Artes Solange Guez, C.A.B.A. “Pestilandia” Muestra colectiva.
  • 2006 Galería de Arte La Manufactura Papelera, C.A.B.A. Beatriz Provitina y Marisa Dominguez. Curaduría: Alicia Carletti y Jorge Álvaro.
  • 2006 Galeria de Arte: La Manufactura Papelera, C.A.B.A. Muestra Individual. Curaduría Alicia Carletti y Jorge ÁLvaro.
  • 2006 Galeria de Arte: La Manufactura Papelera, C.A.B.A. Beatriz Provitina Agustín Bobbio, Curaduría Alicia Carletti y Jorge ÁLvaro.
  • 2006 XXVII Salón Nacional de Pintura Museo Municipal de Bellas Artes, F.Fèliz Amador.Luján.
  • 2005 Centro Cultural Borges, CABA .Una pieza clave para la construcción de un planeta verde y en paz, Greenpace.
  • 2004 Salón Nacional de Artes Visuales, C.A.B.A. seleccionada Pintura
  • 2004 Centro Cultural Borges; Fundación Avón para la Mujer. C.A.B.A, seleccionada pintura.
  • 2003 Pepa Resto Bar, C.A.B.A. Muestra colectiva- Colección “Paletas intervenidas” Curaduría: Josefina Robirosa.
  • 2003 Galeria de Arte: La Manufactura Papelera, C.A.B.A. Muestra colectiva “ El color” Curaduría: Alicia Carletti y Jorge Álvaro.
  • 2003 Galeria de Arte “Alvaro Castagnino”, C.A.B.A. Beatriz Provitina e Irene Gojman.. Curaduría: Alvaro Castagnino"
  • Reseñas

    BEATRIZ PROVITINA - GABRIELA SALGADO

    Cuando la puerta se abre se descubre la casa que ha sido despojada en su condición de tal. Parte del encanto brilla en el rescate de un objeto arrebatado al tiempo, la confluencia de un teatro y una galería. En la sala, las obras de Gabriela Salgado y Beatriz Provitina, interactúan entre sí y con el espacio. Una, oscilando entre el tiempo y la arquitectura. La otra; en la vertiente teatral que implica siempre una metamorfosis. Roland Barthes se pregunta: ¿El lugar más erótico de un cuerpo no es acaso allí donde la vestimenta se abre? Los cuadros de Beatriz trabajan la relación entre lo erótico y lo textil. El uso del encaje en su doble función; cubrir y descubrir. La tela, el roce de la piel, la sujeción. Lo informe tomado por la forma que lo viste. Curvas, voluptuosidad de la figura femenina que por la ropa descubrimos de otro tiempo. Una trama con motivos de flores negras bordadas en el encaje, series, repeticiones, y superposiciones, son en parte dispositivos para la imaginación. El movimiento de las flores es sinuoso, y sinuoso también el movimiento de los cuerpos. Cortes, incisiones, rojo. Relaciones de acoplamientos y contrastes, improvisan un cuerpo extraño, un cuerpo nuevo, colectivo. Anne Carson dice: Una ciudad sin deseo es una ciudad sin imaginación. Con mirada de cazador, de lince, sagaz, sugestiva, o al sesgo, el espectador queda invitado a completar lo que los cuadros ocultan. François Cheng dice: Con un mogote de arcilla se tornea una vasija; el vacío de la vasija permite su uso. En las fotografías de Gabriela, el vacío estructura y habita. La mirada queda bajo el tamiz de otra mirada, aquella que capturó la foto. El tópico de lo contiguo, de lo visto por lo no visto; lo interior y exterior. La escala pide cercanía, intimidad. En una de las habitaciones de la casa vacía, los campos de color han sido reemplazados por luces y sombras. El centro del espacio es una boca de luz, un espectro fantasmático. La oscuridad resiste replegándose en los márgenes, se vuelve marco dentro del marco. Hay movilidad en lo inmóvil. En la reducción monocromática algo que estuvo ya no está ¿Mudanza, emigración, transmigración? En cada una de las fotos un patrón se repite; todas están intervenidas

    Curadora- Laura Zenobi
    Diseño de Montaje – Eduardo Espindola


    SENDEROS

    “No soy abstracta”, enuncia con firmeza cuando entro a su taller. De ahí en más, deteniéndonos en cada detalle de cada obra, Beatriz Provitina comienza a relatar la multiplicidad de recuerdos, referencias y emociones que afloran en cada cuadro. Cuando se observan sus maderas y sus telas pintadas parece difícil creerle, pero ella tiene razón, no es abstracta. Es elocuente sin ser figurativa. Hay una geometría dinámica que organiza el campo pictórico con planos de color, dameros, círculos franjas y también diseños florales y acebrados, entre otros recursos. Hay sutiles referencias al estampado textil, como así también a los aguayos, una prenda rectangular de amplio uso en la región andina, que se evidencia por la disposición de los colores en franjas vibrantes. En la serie Senderos la mayor parte de las obras tiene como soporte tablas de madera con las vetas al descubierto. En ocasiones la pintura se somete al capricho de las vetas, aunque es mas frecuente que la pintura se imponga sobre ellas. Elegir como soporte la madera no es dato menor, Provitina elige un elemento natural y co-crea con la naturaleza, deja que sus curvas acompañen a su pintura como lava, marea, olas, sombras o luces.

    ¿De donde viene la inclinación por la geometría que abunda en sus cuadros-objetos? Provitina misma relata que tanto su madre como sus tías cosían con maquinas de coser obsequiadas por el padre. En la ciudad de Lincoln, estas mujeres pasaron largas horas trabajando con máquinas y también sobre una mesa de corte textil donde se mezclaban los moldes que traían las revistas de corte y confección. Y ahí estaba la pequeña Beatriz, acompañando a su madre, viendo esas formas de líneas rectas y punteadas sobre una mesa de madera.



    ¿Habrán emergido esos recuerdos de infancia en estas obras que hoy presenta? No nos cabe duda. En su producción la geometría es mas emotiva y menos matemática. Tanto el hogar del pasado y como el del presenta afloran en cada una de sus obras. Basta recorrer la casa que habita hoy (un antiguo y amplio semipiso de 1900 en el barrio de San Telmo.) para corroborarlo. Los pisos con intactos pisos de pinotea en su taller y en el resto de la casa, mayólicas de la recepción con sus círculos verdes entrelazados, el tapizado floral de sus sillones, todo este repertorio hogareño se transmuta y emerge en sus cuadros -objetos. Volvamos a la madera. Más allá del omnipresente piso de pinotea de su hogar – y otros muebles del mismo árbol-, desde sus ventanas y ventanales se ven las tupidas copas de los arboles del Parque Lezama. Troncos vivos en el parque, troncos transformados en su casa y en su obra.

    ¿De donde viene la inclinación por la geometría que abunda en sus cuadros-objetos? Provitina misma relata que tanto su madre como sus tías cosían con maquinas de coser obsequiadas por el padre. En la ciudad de Lincoln, estas mujeres pasaron largas horas trabajando con máquinas y también sobre una mesa de corte textil donde se mezclaban los moldes que traían las revistas de corte y confección. Y ahí estaba la pequeña Beatriz, acompañando a su madre, viendo esas formas de líneas rectas y punteadas sobre una mesa de madera. ¿Habrán emergido esos recuerdos de infancia en estas obras que hoy presenta? No nos cabe duda. En su producción la geometría es mas emotiva y menos matemática. Tanto el hogar del pasado y como el del presenta afloran en cada una de sus obras. Basta recorrer la casa que habita hoy (un antiguo y amplio semipiso de 1900 en el barrio de San Telmo.) para corroborarlo. Los pisos con intactos pisos de pinotea en su taller y en el resto de la casa, mayólicas de la recepción con sus círculos verdes entrelazados, el tapizado floral de sus sillones, todo este repertorio hogareño se transmuta y emerge en sus cuadros -objetos. Volvamos a la madera. Más allá del omnipresente piso de pinotea de su hogar – y otros muebles del mismo árbol-, desde sus ventanas y ventanales se ven las tupidas copas de los arboles del Parque Lezama. Troncos vivos en el parque, troncos transformados en su casa y en su obra.



    Un análisis mas detallado de las formas en sus obras nos permite confirmar un predominio de las variantes del triángulo. Algunos apuntan hacia arriba, otros hacia abajo, y otros mas tienen inclinaciones ambiguas. Ahora bien, de la geometría emotiva damos un paso a la geometría sagrada. El triangulo despliega un vasto campo simbólico, cabe recordad la Santísima Trinidad para los cristianos, Trimurti (los tres rostros de Bahama, Visnú y Shiva) para los hindúes; Azufre, Mercurio y Sal, en la alquimia, y una infinidad de sentidos que el lector curioso podrá investigar en obras sesudas como La Gran Triada, de René Guenón ( entre otros textos esotéricos). Observando la disposición de los triángulos en estos cuadros-objeto viene a la mayoría el tríptico Altar del Templo (1907) de la mística sueca Hilma af Klint, cuya obra ha sido puesta en valor en años recientes. Consta de tres grandes lienzos, en el primero un triángulo isósceles con el vértice que penetra en un sol superior, en otra tela una triangulo invertido que parece desprenderse de un astro luminoso rodeado de una espiral, y en medio de ambos en gran circulo dorado que contiene (amen de otras figuras) ambos triángulos intersectados a la manera de una estrella de David. El primer triangulo, además de ser solar, masculino, activo, es ascenso hacia lo sutil; el segundo que es lunar, femenino, receptivo es el descenso de lo sutil a lo material. Curiosamente (o sincrónicamente, por decirlo en términos junguianos) en la obra de Provitina abundan ambas las mismas disposiciones y en el centro de las estructuras (sean verticales u horizontales) suele aparece un nodo, un núcleo que ordena la composición. La forma triangular en el vértice hacia arriba, igual que la montaña y sus variantes (las pirámides, por ejemplo) son claro símbolo de ascenso espiritual, de lo material a lo sutil, mientras que el vértice hacia abajo es la manifestación de lo sutil en la materia. Estas son las formas que abundan en esta serie que no por nada se llama Senderos. Mas allá de la armoniosa combinación de formas y colores en cada obra de Senderos se esconde una pasión por el equilibrio en la Naturaleza y sobre todas las cosas, la búsqueda de un equilibrio sutil y lo material, entre el Cielo y la Tierra que para Beatriz mas que una manera de hacer arte, es el camino que transita su vida.

    Por Julio Sánchez Baroni


    BEATRIZ PROVITINA

    Color, volumen y multiplicidad de materiales

    Color, volumen y multiplicidad de materiales son los elementos básicos de la obra de Beatriz Provitina. Porque en sus cuadros, el pensamiento esta en colores deudores de una paleta subida y arriesgada. La tela y la tabla, en las múltiples interpretaciones de las formas que ofrece, se va armando conforme el ojo que lo mire. La abstracción de la mayoría de sus obras deja paso a figuras que siempre son distintas y que se vuelven solidarias con el espectador. Aunque los posibles paisajes aparezcan con mayor frecuencia en las obras de Provitina, son paisajes mentales que evocan la bastedad y la llanura, el pasado y las distancias. Con el color, además de pintaros, la artista va diseñando intensidades, conforme resalta las texturas para evocar experiencias tanto sensoriales como espirituales. Algo de eso también se respira en sus trabajos. No por nada la respiración es, para Beatriz, centro y motor de las acciones. Y con sus pinceladas transmite esa manera de estar en el mundo. Como las inspiraciones y las exhalaciones, en la obra se encuentran los ritmos de una estética que apunta menos al contenido que a la forma. Pero en el sentido original, pero que, por suerte, posible de ser transmitido.





    El trabajo sobre distintas superficies, madera, tela y cartón hacen que su obra pueda verse diferida y multiplicada. La variedad no anula la coherencia de su trabajo. Esto es muy evidente en los que aparece una expresión menos abstracta y mas figurativa como es el caso de las obras en las que utiliza transfer de imágenes y técnica mixta. En los collages, como en el caso de los que recrea escenas de ópera o en los que evoca a su familia o da cuenta de sus ideas, además de la pericia estetica que le aporta a la resolución, la artista hace presente una carga afectiva directa. Exhibe sus gustos, sus afectos y su forma de pensar. Es bueno, además, ver este grupo de obras en consonancia con sus cuadros abstractos. Notar como son parte de lo mismo: sutiles variaciones de una misma melodía.

    Por Laura Isola



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